Mi columna de opinión en EL TIEMPO, junio 27 de 2015
Aclaro, no soy vegetariana, creo que la vida sin tocineta no es vida, pero también creo que la iniciativa de no comer carne durante un día a la semana es fantástica. El ‘Lunes sin carne’ fue una campaña creada por el Gobierno de los Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, con el fin de reducir la crisis de alimentos generada en tiempos bélicos, y luego fue repetida, de manera exitosa, para la Segunda Guerra. Los efectos para la economía fueron maravillosos, pero, lamentablemente, poco a poco se olvidó.
Para el 2003 fue retomada, con grandes alcances a nivel mundial, pero esta vez con otros fines; el primero es el de los múltiples beneficios que tiene para la salud y el segundo es que es una forma individual de minimizar el aterrador y creciente calentamiento global, tan solo dejando de comer cualquier tipo de carne, durante 4 días al mes. Y es que las cifras de la cantidad de agua que se requiere para producir una sola libra de carne, frente a una libra de vegetales, son miedosas, se trata de algo así como 1850 galones versus 39, tenaz.
Para aquellos carnívoros que de solo pensarlo comienzan a sufrir y a sudar frío, y que seguro recordarán el popular refrán “más largo que una semana sin carne”, hagamos la sumas: del total de los 365 días que tiene el año, la restricción tan solo sería de 52, lo cual no es grave. Algunos dirán que es muy poco tiempo y que no debe servir; no se equivoquen, hay montones de estudios de expertos en los que garantizan y certifican que este mínimo esfuerzo es bueno para el organismo, el medioambiente y, por supuesto, para el bolsillo también. A mí, personalmente, de las cosas que más me atraen de esta restricción es que incentiva la creatividad culinaria. Colombia es un país tan rico en frutas, verduras, granos y hierbas que es perfecto y fácil para animarse a inventar nuevas recetas, cambiando y mejorando poco a poco los hábitos alimentarios. Pienso que sería un verdadero hit si además los restaurantes se suman a esta causa, creando sabrosos y novedosos platillos para este día de la semana. Así que ya sabe: los lunes, que tienen tan mala fama, pueden convertirse en el mejor de los días para consentir a su cuerpo y el planeta. ¿Qué tal comenzar mañana?
De postre: muy ricas, y sin gluten, sin huevo y bajas en sodio, las pastas El Dorado de quinua, arroz y maíz, que se consiguen en los supermercados y tiendas especializadas.