Por Margarita Bernal para la revista Cocina Semana, Noviembre de 2014
Nueva York es una de las ciudades del mundo donde mejor se come gracias a su variada oferta de restaurantes de diferentes países y regiones. Esta es una guía por zonas de esos lugares imperdibles que debe tomar en cuenta a la hora de visitarla. Déjese tentar.
Upper East Side
Estar en Nueva York y visitar los museos más tradicionales, como el Metropolitana y el Guggenheim, es parada obligada. Recorrerlos alborota los jugos gástricos y generan ataques de hambre; por tal razón, es necesario tener opciones para recargar energías. Nada mejor que una de las más ricas hamburguesas del sector. En J.G. Melon (3rd Ave, 74 St.) Preparan la clásica con queso en un muffin inglés tostado, acompañada de crujientes y esponjosas papas. Está calificada, por las más importantes guías culinarias, como una de las mejores de la ciudad.
Para el postre y el café hay dos opciones: en el local del lado se encuentra Francois Payard Bakery, lleno de delicias francesas. Y caminando dos cuadras hacia el este, en las proximidades de la primera avenida, hay una exquisita pastelería y salón de té llamado Vegan Divas (1437 1St Ave.). Su local es pequeño pero ameno; la torta de zanahoria es fantástica, así como los muffins y otros dulces bocados preparados por fernanda capobianco, la dueña del lugar, quien, curiosamente, es la esposa del pastelero Francois Payard.
MIDTOWN
El corazón de Manhattan es uno de los lugares más agitados y al mismo tiempo más glamurosos de la ciudad, gracias a que importantes tiendas de diseñadores y grandes marcas se reúnen en la famosa quinta avenida. En los alrededores está al Museo de Arte Moderno (MoMA) y, a pocas calles, el clásico hotel Warwick (65W 54th St.), en el que el director de cine Woody Allen grabó una escena de su película Anything Else. Dentro del hotel se encuentra el suculento restaurante Murals on 54, el cual tiene una variada carta de desayunos con una excelente selección de omelettes, bebidas y panes, entre otros, y Randolph’s, un bar perfecto para descansar y tomarse un coctel. Bajando hacia la calle 42, y muy cerca de la Biblioteca Pública, está la terminal de trenes Grand Central Terminal (89E 42nd St.) con más de 30 opciones para comer, además de un lindo mercado gourmet. Uno de los más reconocidos y frecuentados es el Oyster Bar, perfecto para disfrutar ostras frescas –procedentes del Atlántico y del Pacífico–, langostas, pescados y sopas.
DOWNTOWN
En esta zona se reúnen barrios bohemios y artísticos, con un gran movimiento nocturno. En el lado Este está ubicado Chelsea, conocido por ser un barrio residencial y lleno de galerías de arte, en el que se debe visitar el High Line, un nuevo parque urbano elevado, construido sobre una antigua línea de ferrocarril. En los alrededores, la oferta culinaria es generosa; por ejemplo: para comer recetas belgas tradicionales, como los mejillones, las famosas cervezas y los gofres, definitivamente hay que ir a Markt (676 6th Ave.). Y si la idea es viajar por los exóticos sabores de la comida tailandesa, hay un restaurante poco pretencioso y con buena cocina: Pongsri Thai Restaurant (165 West 23rd St.).
Los bagels forman parte de la cultura de los neoyorquinos, y Murray’s Bagels (242, 8th Ave.) es uno de los favoritos. En la mañana hay largas filas de ejecutivos ‘encorbatados’ que pasan a desayunar. Los más apetecidos son los de salmón y queso crema, y los de huevo con tocineta. Si se visita Chelsea, hay que, obligatoriamente, pasar por Eataly, frente al icónico edificio Flatiron, para disfrutar y comprar los mejores ingredientes italianos. Unas cuadras hacia arriba está el restaurante NoMad (1170 Broadway y 28th St.), que pertenece al hotel que lleva su mismo nombre. Su especialidad es el pollo para compartir y el cerdo confitado con duraznos. La comida es maravillosa y el ambiente es formal. Con rumbo hacia el oeste está el sector de curry town –llamado así por la gran cantidad de restaurantes de comida hindú que se agrupan allí–, donde se encuentra Dhaba Indian Cuisine (108 Lexington Ave.), una buena opción, preferiblemente a la hora del almuerzo, para disfrutar de la barra abierta que vale 10 dólares.
En el West Village las alternativas son interminables porque prácticamente en cada cuadra hay un sitio para comer o beber. Algunas de las alternativas son: Nourish Kitchen + Table (95 Greenwich Ave.), que ofrece platos ricos y saludables. En este pequeño lugar, abierto por una experta en nutrición y que tiene una sola mesa comunal, se puede comprar comida para llevar. Así mismo, Wallflower (235 W 12th St.) es uno de los secretos mejor guardados de la ciudad, al que solo se llega por recomendación o si se vive en la zona. No tiene avisos exteriores, su espacio es estrecho y solo abre durante la cena. Definitivamente hay que conocerlo, ya que su cocina es de inspiración francesa, con una atractiva selección de quesos, charcutería artesanal y creativos cocteles. Jeffrey’s Grocery (172 Waverly Place) es un magnífico restaurante en el que las ostras y la comida de mar son los recomendados a cualquier hora del día.
Adentrándose a SoHo y Nolita, vale la pena darse una pasada por The Drawing Center, especializado en exposiciones de dibujo antiguo y contemporáneo. Recorrer las calles llenas de boutiques y cafés, y encontrarse con Blue Ribbon Sushi (119 Sullivan St.), es un placer. Este es otro negocio que pasa desapercibido, pero tiene una de las mejores ofertas japonesas. La carta viene dividida en Atlántico y Pacífico y la selección de la materia prima es de la más alta calidad. La variedad de sushi es extensa y lo ideal es ordenar los recomendados del día.
En The Butcher’s Daughter (19 Kenmare St.) la especialidad son los jugos verdes, recién procesados, el café y la comida vegetariana. Ofrece desayunos, almuerzos y cenas, en un espacio que se presta para la camaradería y la buena vibra. Muy cerca está un mexicano que no tiene pierde: Tacombi at Fonda Nolita (267 Elizabeth St.) es un garaje con una genial decoración que ofrece exquisitos tacos y aguas frescas. Para el desayuno, los de huevo, chorizo y salsa picante son de muerte lenta. Si ataca el antojo italiano, hay dos buenas opciones: Il Buco Alimentari & Vineria (53 Great Jones), que tiene una tienda con increíbles aceites de oliva, vinagres balsámicos añejados y sales –fundamento de su cocina–, y Emilio’s Ballato (55 E Houston St.) en donde hay que pedir el pulpo a la parrilla. Muy cerca se encuentra Estela (47 E Houston St.), la novedad del momento. El chef uruguayo Ignacio Mattos es el encargado de los fogones y el que da el toque final a preparaciones como mejillones en escabeche, burrata con salsa verde y el steak tartare, algunos de los más solicitados. Solo abre a la hora de la cena y para el brunch, los fines de semana.
Y si caminando por la zona comienza a darse cuenta de que se habla poco en inglés y que los rasgos de los transeúntes comienzan a cambiar, es porque seguramente está en China Town. Entre todas las alternativas, hay una en especial que recomiendan los expertos: se llama Joe’s Ginger (25 Pell St.) donde hay que pedir los dumplings rellenos de cerdo con salsa picante.
Otros infaltables para los amantes de la buena comida son Ippudo, cuya especialidad es el ramen preparado en casa y servido con diferentes caldos y variedad de carnes, ideal para los días con mucho frío. El lugar vive lleno y no aceptan reservas, pero definitivamente vale la pena la espera. Una visita obligada son los restaurantes Momofuku, del Chef David Chang, en donde recomendamos pedir los steamed buns con diversos rellenos como cerdo, camarones y shiitakes.
WILLIAMSBURG (BROOKLYN)
¿Cómo no ir a la zona trendy del momento? Los domingos el mercado de las pulgas de Brooklyn es un rico paseo que, además, cuenta con varios puestos de comida. Marlow & Sons (81 Broadway Brooklyn) tiene una onda de sabores mediterráneos y es uno de los predilectos por los lugareños por su cálido ambiente, servicio amigable y un excelente Bloody Mary. Al entrar al lugar hay un café, ideal para desayunar con rica pastelería, y al fondo está el restaurante que se destaca por su barra de ostras frescas. Cruzando la calle está Gourmet Guild, una tienda de café que vende productos locales, además de variadas cervezas, helados y ricas golosinas, perfectas para calmar el antojo de postre, como su pie de ruibarbo. Finalmente, una de las mejores pizzas se encuentra en Roberta’s (261 Moore St.), del chef Carlo Mirarchi, aclamado por colegas y clientes. Estando ahí hay que probar el sándwich de helado con pan brioche casero.
Y, por supuesto, aproveche la oportunidad para ir a la feria de comida que se organiza los fines de semana en Smorgasburg (Smorgasburg.com), a donde gran parte de los food trucks de la ciudad llegan con su variada oferta gastronómica. ¡Buen provecho!