Mi columna del Domingo 28 de septiembre  de 2014 en EL TIEMPO

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Recuerdo que vi en un programa de televisión este experimento: les reparten bolsas de galletas a dos grupos de personas, a unas les dan las rotuladas light y libres de grasas y a las otras las normales. El resultado fue el siguiente: los que tenían las dietéticas, se las comieron sin dejar una sola borona, mientras que los otros fueron más recatados. Ahí está el quid del asunto. Hoy, muchas personas están cuidando su ingesta de calorías, buscando tener un estilo de vida saludable, orientadas por las promesas del fabricante, pero sin saberlo, terminan llenando su cuerpo de químicos, preservativos y azúcares. Sepan ustedes que a muchos de los alimentos que afirman ser bajos en grasa les adicionan edulcorantes y sabores artificiales para realzar su gusto.

Todo se resume a que no tenemos la costumbre de leer las etiquetas de los alimentos que compramos. Y aunque parezca algo dispendioso y aburrido, es de vital importancia que adquiramos el hábito de leerlas y, claro está, de comprenderlas. No me tilden de exagerada, ya que no soy una obsesiva que llega al extremo de la ortorexia. De vez en cuando caigo en tentaciones y disfruto como nadie cada bocado, pero a sabiendas de lo que está hecho. Para que se sorprendan un poco, comparto mis dos últimos descubrimientos: vi en un comercial que anuncian con bombos y platillos una bebida de lulo en la que afirman que, para su elaboración, usaron los mejores del mercado, y lo rematan diciendo “con sabor idéntico a lulo”, ¿entonces al fin qué? ¿Está preparado con lulo fresco o con un saborizante artificial? Y esta es la otra perla que proviene de una importante multinacional especializada en hacer pan: encuentro que el de molde ‘saludable’ tiene entre otros este ingrediente: “sabor a pan fresco”. Es decir que está tan procesado y manipulado que ya ni siquiera es pan. Concluyo que el lema para muchos de los fabricantes de la industria alimentaria es que no hay que ser sino parecer.

Señoras y señores, nos están metiendo gato por liebre, y no podemos seguir siendo unos ignorantes que aceptamos lo que comunican las campañas publicitarias. Que cada quien escoja lo que quiera comer, pero a conciencia. Piense en la importancia de sembrar buenos hábitos en los niños.

De Postre: un blog de cocina sana y sabrosa: www.gastroglam.co

SI TE QUIERES SABER Y COMPRENDER LA INFORMACIÓN DE LAS ETIQUETAS, LEE ESTE TEXTO: DECODIFICANDO LAS ETIQUETAS

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