Mi columna del Domingo, publicada en EL TIEMPO el 29 de Diciembre de 2013.
Nuevamente el papa Francisco se pronuncia sobre el desperdicio de alimentos, al que llama “la cultura del despilfarro”, y no es para menos. Las cifras son alarmantes. Según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cada año se desecha un tercio de la comida para consumo humano producida en el mundo, principalmente por restaurantes y cocinas industriales, lo que equivale a 1,3 billones de toneladas; sí, con ‘B’, no leyó mal. El consumismo nos ha vuelto unos despilfarradores de comida, y precisamente en esta época del año tendemos a derrochar los alimentos, sin ningún tipo de conciencia.
Grandes e importantes campañas se están haciendo en otros países para combatir la gravísima situación de hambre que azota al mundo, donde el reciclaje es uno de sus pilares. El pontífice asegura que este es muy importante para concientizar sobre el desperdicio y que al mismo tiempo se está haciendo una vital tarea ecológica para proteger el planeta.
A mi entender hay dos tipos de reciclaje de alimentos, uno es en el que se reutilizan los desperdicios útiles de la comida para crear nuevos platillos, como los trocitos de verduras, el pan que se envejeció, la carne ya cocida que no se sirvió, etc., donde la creatividad del colombiano no tiene pierde y por esta razón debería ser norma aprovecharlos en cada casa y restaurante. Es un gana-gana, además de que se ahorra dinero, se es solidario con la causa.
El otro es con el que se produce el compost, que consiste en la descomposición de productos orgánicos, que luego se utiliza para abonar la tierra de forma natural, sin químicos ni toxinas. Curiosamente, dentro del polémico esquema de basuras implantado por el Alcalde Petro, los residuos orgánicos no son tenidos en cuenta para el reciclaje, y estos deben ser tirados en las bolsas negras junto con el icopor, la porcelana, las colillas de cigarrillo y las esponjas. ¡Qué desperdicio!
Aún estamos a tiempo para que los encargados revisen y corrijan el programa Basura Cero de la capital. De esta manera, además de estar en sintonía con las tendencias mundiales, se es responsable con la tierra que nos da de comer.
De postre: Cocina Mediterránea, el nuevo libro del chef Harry Sasson está para chuparse los dedos. Recetas, historias y apetitosas fotografías.
Les deseo un suculento 2014.
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