Fragmento del libro La Cena, Editorial Salamandra, de Herman Koch, uno de los más destacados escritores de los Paises Bajos. Libro galardonado con el Premio al Público y que hasta la fecha ha superado los 340, mil ejemplares vendidos, traducido a once idiomas.
“El meñique del maître había señalado en primer lugar mi filete de gallina de Guinea envuelto en una loncha de tocino alemán, y luego había pasado a la guarnición: un montocito de “discos de lasaña de berenjena con ricotta” ensartado en un palillo de cóctel, que más parecía un sándwich club en miniatura, y una mazorca de maíz ensartada en un resorte que, probablemente servía para coger la mazorca sin mancharse los dedos, pero tenía algo ridículo, o no, rídiculo no es la palabra, sino más bien algo que pretendía ser divertido, como un guiño del cocinero o algo por el estilo. El resorte era cromado y sobresalía un par de centímetros por ambos extremos de la mazorca, reluciente de mantequilla. Las mazorcas de maíz no me dicen nada, siempre me ha parecido repulsivo roerlas: es poco lo que comes y mucho lo que te queda entre los dientes, por no hablar de la mantequilla que gotea por la barbilla. Además nunca he conseguido desembarazarme de la idea de que el maíz es, fundamentalmente, comida para cerdos.”